martes, 22 de noviembre de 2011

LA PROMESA

       C                               
                             EL CUMPLIMIENTO DE UNA PROMESA

   Para poder entender estos temas que han causado bastante polémica, hay que entender el gran y perfecto amor de Dios. Hablar de su unicidad, su nombre y el nombre que se debe invocar para recibir perdón de pecados debemos entender la palabra de Dios, y lo vamos a hacer si en verdad escudriñamos su palabra; El volver al inicio de todos los tiempos nos dará las bases para entenderlo.
     El propósito de Dios era que el hombre viviera para siempre, y que al hacerlo lo hiciera en verdadera libertad, ya que al darle todo lo que necesitaba y no darle la libertad de escoger vendría a ser un autómata, por tal razón le dio el árbol de la ciencia del bien y del mal, y al hacerlo le da el libre albedrio; Más del árbol de la ciencia del bien y del mal no  comerás; porque el día que de  él comieres, ciertamente morirás. Gen. 2:17 En el momento que el hombre come del árbol se pierdepor tal razón Dios pregunta: ¿Dónde estás tú? Gen 3:9 La relación que existía entre Dios y el hombre se pierde, y como consecuencia a tal desobediencia el hombre recibe la muerte física y espiritual, mas debemos recordar el gran amor de Dios; inmediatamente Dios da al hombre la oportunidad de ser redimido al decirle a la serpiente: Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya, esta te herirá en la cabeza, y tú la herirás en el calcañar. Gen.3:15. La simiente de la mujer seria el medio que Dios utilizaría para buscar y salvar lo que se había perdido Lucas 19:10
    La promesa hecha por Dios en favor del hombre tenía que ver con la redención del pecado original, a causa de ese pecado el hombre perdió la estrecha relación que tenía con Dios, la vida eterna y el paraíso perfecto.
    La simiente de la mujer vendía a ser el vínculo que uniría nuevamente al hombre con su creador. La serpiente engaño al hombre y al hacerlo sabía cuál sería la consecuencia que sufriría el hombre por tal desobediencia, más el hombre ignoraba la magnitud del problema al que se enfrentaría por tal desobediencia. Hoy el hombre desobedece a Dios con conocimiento de causa.
   El hombre no sabía lo que era estar con Dios o sin él ya que no había experimentado tal ausencia, la sola presencia de Dios le era suficiente. No sabía a lo que conllevaba el morir; lo primero que experimento fue darse cuenta que estaba desnudo, el temor siguió al conocimiento de la desnudez y al temor le siguió el esconderse de Dios, no termino allí ya que empezó a culpar a los demás, en primer lugar culpó a la mujer después culpó a Dios ya que le dijo: la mujer que tú me diste  Gen. 3:7-12; Al no declararse culpable y pedir perdón por lo que acababa de hacer, Dios dictamina el juicio. A partir de ese momento el hombre necesita ser redimido y la redención tendría que venir de Dios mismo ya que Él estaba emitiendo el juicio; la forma de hacerlo era poniendo el ejemplo él mismo de que era posible cumplir con la ordenanza, y la ordenanza era no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal.
 Mientras el hombre estuvo en el jardín del Edén falló con una sola prohibición la cual era no comer del Árbol de la Ciencia del bien y del mal, Adán antepuso su voluntad a la voluntad de Dios, ahora el ejemplo que recibiría el hombre de parte de Dios seria aun mayor, ya que el hombre únicamente debía de abstenerse de comer un fruto. Dios tendría que poner el ejemplo en la misma condición hombre y a lo que se debería de abstener no sería únicamente un fruto, serian diferentes formas de desobediencia pero la prueba más fuerte que debería enfrentar seria el no querer morir y sobre todo como tendría que morir; Él doblegó su voluntad y autoridad para restablecer el vínculo que existía entre Él y el hombre, Adán perdió su batalla en el huerto del Edén y Jesucristo la ganó en el huerto Getsemaní; Jesucristo no sucumbió ante los ataques de la serpiente antigua cuando le dijo:
 Todo esto te daré, si postrado me adorares.
10 Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás Mateo. 4:9-10

   En este relato podemos ver algunos datos interesantes.

 En primer lugar, el diablo intenta que Jesús haga una manifestación de su poder como Dios en beneficio propio, y eso sucedió cuando Jesús tuvo hambre, de esa manera la tentación entra por la necesidad física y le dijo: Si eres hijo de Dios, dí que estas piedras se conviertan en pan. Curiosamente NO le dice: Si eres El Hijo de Dios; Ni tampoco cita las Escrituras.

   La segunda ocasión le dice: Si eres hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará cerca de ti, en sus manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra. Nuevamente NO le dice: Si eres El Hijo de Dios; En esta ocasión si hace mención de las Escrituras, y le recuerda de la promesa de protección angelical.


   La tercera ocasión ya no le recuerda que es Hijo de Dios, sólo lo tienta al mostrarle los Reinos del Mundo y la Gloria de ellos; Cuando le ofrece los Reinos del Mundo lo hace como dueño, ya que el hombre se los había dado en el principio.

   La pregunta que nos deberíamos hacer es ¿Por qué tanta insistencia en hacerle claudicar y sobre todo que le adorara?

   Obviamente, la causa del exilio de Satanás se debió a que quería ser adorado por todos los habitantes del Cielo incluyendo a Dios, es claro que Satanás reconocía a Jesús no como EL HIJO DE DIOS, sino como Dios mismo; Las últimas respuestas de Jesús fueron: NO TENTARÁS AL SEÑOR TU DIOS...AL SEÑOR TU DIOS ADORARÁS Y A ÉL SÓLO SERVIRÁS.


  Existe un paralelismo muy marcado con una diferencia muy visible en cuanto a la respuesta de Adán y la respuesta de Jesucristo, Adán quería ser como Dios, Jesucristo tenía que negar que era Dios: El cual siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó así mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en condición de hombre, se humilló así mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz Fil. 2:6-8 Y fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado Hebreos 4:5  Y aunque era hijo por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen Hebreos. 5:8-9 
    La muerte del hombre tendría que ser cambiada por la vida de Dios en condición de hombre, ya que al sufrir como hombre, Dios en tal condición de hombre devolvería la vida al hombre; Dios determinó un tiempo para este momento, antes de que se cumpliera este tiempo hubo una serie de sucesos que le antecedieron, con estos sucesos se prepararía el camino a la venida de Dios al mundo, con el fin de redimir al hombre y otorgarle nuevamente la vida eterna. El pecado del hombre se desencadenó  desde el momento que Adán comió del fruto prohibido; Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cocieron hojas de higuera, y se hicieron delantales Gen. 3:7.  El conocimiento de su desnudez fue el inicio de una malicia incipiente que se degradaría a tal extremo que sería una de las causas por las cuales Dios mandara el diluvio.   
    El proceso de redención empieza inmediatamente después de dictaminar la sentencia a cada uno; Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió. Gen. 3:21; El pecado cometido por el hombre tuvo que ser cubierto por Dios, y para cubrir el pecado que había cometido se tuvo que derramar “sangre inocente” fue el inicio de una larga trayectoria de derramamiento de sangre que vino a concluir con la muerte de Jesucristo en la cruz del calvario.
    Entender claramente el termino simiente de la mujer, es crucial para entender correctamente todo el plan de salvación proyectado por Dios para el rescatar al hombre de su condición caída. La pregunta que nos podemos hacer es: ¿porque es la simiente de la mujer y no la del hombre? Bueno, la respuesta llana y sencilla sería: Porque el hombre no se puede redimir así mismo y tomar el Status quo  y cambiarlo por el que Dios le había dado en un principio.
    El hombre tenía que ser redimido por Dios, y para hacerlo tenía que tomar la condición del hombre y de esa manera quitar las maldiciones que el hombre recibió de parte de Dios como consecuencia de su desobediencia. La primer maldición  que fue emitida por Dios tenía que ver con el hombre al decirle a Eva: Multiplicaré en gran manera los dolores de tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos Gen. 3:16  Para poder ser llamado hijo de Dios hay que  recibir al Señor y creer en su nombre; Para poder Él llamarnos sus hijos, tuvo que sufrir con gran dolor. Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre les dio potestad de ser llamados hijos de Dios Juan 1:12
 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo , sujetandolo a padecimiento. Cuando haya puesto su vida  en expiación por el pecado, VERÁ LINAJE,, vivirá por largos dias, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Isaías 53:10 
La segunda maldición tenía que ver con Adán al decirle: Maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá...Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas  a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás Gen. 3:17-19
    Básicamente la maldición tenía que ver con la tierra: Con dolor comerás de ella...espinos y cardos te producirá...y al polvo volverás. 
   Dios remitió las maldiciones en la cruz del calvario.  En primer lugar se ofreció como el pan que saciaría el hambre de la humanidad; Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre Juan 6:35   
   En segundo lugar remitió la maldición de los espinos y cardos; Y los soldados entretejieron una corona de espinas...y salió Jesús llevando la corona de espinas, Y escupiéndole, tomaban la caña  y le golpeaban en la cabeza Mateo 27:29-30.
  En tercer lugar remite la permanencia del hombre en el seno de la tierra; Es necesario que el hijo del hombre sea...crucificado, y resucite al tercer día Lucas 24:7 1 de Tesalonicenses 4:16-17 Y los muertos en Cristo resucitaran primero.
    


         
                                                                                                                                                                
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